Una "buena práctica" se puede definir como una experiencia en un contexto concreto que persiguiendo determinados objetivos, ha logrado implementar una metodología apropiada para alcanzar buenos resultados y éstos han ido mejorando o enriqueciéndose a lo largo del tiempo, demostrando así su eficacia.
Son los hechos y no las intenciones la matriz de las buenas prácticas y esto puede elevarlas a la categoría de "dignas de ser imitadas".
Para la UNESCO los atributos de una buena práctica educativa y los rasgos que la caracterizan serían:
- Innovadoras, desarrollan soluciones nuevas o creativas.
- Efectivas, demuestran un impacto positivo y tangible sobre la mejora.
- Sostenibles, por sus exigencias sociales, económicas y medioambientales pueden mantenerse en el tiempo y producir efectos duraderos.
- Replicables, sirven como modelo para desarrollar políticas iniciativas y actuaciones en otros lugares.
El CENDIE ha elaborado una presentación de base para que podamos mirar a las bibliotecas y sus prácticas estableciendo en qué casos podemos hablar de "buenas prácticas" y cómo podemos mejorar las propuestas para convertir a la Biblioteca escolar en un proyecto de este tipo.